MARTES,
31 DE MAYO DE 2016
OPINIÓN
Maileth MárquezEstudiante del séptimo semestre de Comunicación Social de la UnergCátedra: Periodismo Científico – sección 2Foto: Cortesía Diario La Nación
La historia del
periodismo científico en Venezuela es muy particular y compleja, es decir, son
muchos los científicos que han aportado sus mayores logros, investigaciones, descubrimientos
y avances en diversos escenarios, y aunque son distintos, hay algo que los hace
totalmente iguales; mantener el nombre de Venezuela en alto a nivel mundial.
Por
esta razón, la ciencia no ve géneros ni racismo, solamente valora el esfuerzo e
intelecto de esos grandes científicos que mantienen su mente abierta y ven más
allá de lo que hay a su alrededor.
Aunado
a lo expuesto, si de sueños, éxitos y metas alcanzadas se trata, existe una
mujer venezolana que nos ha enseñado que no sólo las estadounidenses y de otras
naciones pueden pisar y ser parte de la Administración Nacional de la
Aeronáutica y del Espacio, o mejor conocida por sus siglas en inglés, NASA.
Neyda
Abreu Zambrano es una mineralogista planetaria y geoquímica venezolana, oriunda
del estado Mérida y es catalogada como ``la primera mujer venezolana en la
NASA´´.
La
ciencia y su amor por el universo no se construyeron en su adultez, esta
científica a la edad de 6 años se trazó en su vida este anhelo de formar parte
del descubrimiento del estilo de vida y misterio que nos brinda el firmamento.
Es decir, en el año 1986 se esperaba la visualización en la Tierra del cometa
Halley, descrito como un cometa grande y brillante que orbita alrededor del Sol
cada 76 años, tentativamente.
En
este sentido, su sueño no quedó como una ilusión de su niñez, Abreu decidió ir
tras lo que aspiraba. Es por esta razón que en el transcurso del tiempo realizó
parte de sus estudios en la Universidad de los Andes, específicamente en la Facultad
de Ciencias, Departamento de Física, y por consiguiente, los culminó en
Minnessota (Estados Unidos), donde contrajo estudios en física, astronomía,
magnetosfera de la Tierra, aurora boreal, tormentas de electrones que caen y de
partículas cósmicas, además de su doctorado en ciencias planetarias.
Sumado
a lo expuesto, es en el año 1998 cuando ésta mujer llega a la NASA, con ayuda
de sus avances académicos, su alto nivel de intelecto y gracias a sus
profesores universitarios.
Al
respecto, sus investigaciones científicas, están enfocadas en las ciencias
planetarias y orígenes del sistema solar, particularmente en los procesos que
tuvieron lugar en la nebulosa solar y en los protoplanetas, para entender cómo
evolucionó el sistema solar primitivo. Es por ello, que estudia algunos de los
meteoritos más primitivos, llamados condritas o carbonáceas con la ayuda de
microscopios ópticos y electrónicos.
De
acuerdo a lo antes citado, es relevante aclarar que las condritas o condritos
son meteoritos rocosos que no han sufrido procesos de fusión o de
diferenciación en los asteroides de los que proceden y que representan el 85,7%
de los meteoritos que caen a la Tierra. Por ende, su estudio aporta claves
importantes para comprender el origen y la edad del sistema solar, e incluso el
origen de la vida o la presencia de agua en la tierra.
En igual forma, es importante señalar que otro de sus logros fue la Medalla de
Servicio de la Antártica por parte de la Fundación Nacional de Ciencias (EEUU)
en el año 2012.
Por otro lado, además de realizar sus trabajos en Houston, donde funciona la parte
científica de la NASA, también desempeña labores, en el Cabo Cañaveral
(Florida), el cual es el principal centro de las actividades espaciales de los
Estados Unidos. Abreu señala que el Cabo Cañaveral ``es muy emocionante, es ver
un sueño de poder explorar más allá de este planeta´´.
De
este modo, hoy en día, se desempeña como profesora de Geociencias y Matemáticas
en la Universidad del Estado de Pensilvania en DuBois.
Como
conclusión final, es admirable que la NASA pueda contar en la actualidad con
venezolanos, y que en su evolución esté marcado el nombre de Venezuela, además
de que Neyda Abreu sea la primera mujer venezolana en pisar la Administración
Nacional de la Aeronáutica y del Espacio, dejándonos claro que si hay un sueño,
éste se puede cumplir, solamente hay que inspirarse y mirar a nuestro
alrededor.
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